Era el amanecer del 23 de febrero de 2021 cuando se leyeron los primeros tuits que daban cuenta de un motín simultáneo en varias cárceles del país. Guayaquil, Cuenca y Latacunga eran los escenarios de una de las jornadas más sangrientas en la historia penitenciaria de Ecuador. A las 09:00, las imágenes de cuerpos desmembrados yaciendo en los patios ya circulaban por redes sociales. Los videos, grabados desde celulares que burlaban la prohibición, mostraban escenas tan brutales que el país entero quedó en estado de shock.
Ese día, la cifra de muertos alcanzó los 79. Una mezcla de impotencia y terror se apoderó de las autoridades que tardaron horas en recuperar el control. Lo que parecía un evento aislado pronto se convertiría en una constante de horror en los años siguientes
Masacres que marcaron una crisis
El 23 de febrero de 2021 no fue un hecho aislado, sino el inicio de una serie de masacres que reflejan la descomposición de un sistema carcelario colapsado.
- 28 de septiembre de 2021
Gobierno de Guillermo Lasso
En la Penitenciaría del Litoral, el enfrentamiento entre bandas dejó al menos 119 muertos, marcando la masacre carcelaria más mortífera en la historia del país. Las imágenes de los cuerpos apilados en los pabellones revelaron la magnitud de una crisis que ya no podía ser ignorada. - 13 de noviembre de 2021
Gobierno de Guillermo Lasso
Un nuevo motín en el mismo centro penitenciario dejó 68 reclusos muertos. Esta vez, la violencia se originó en disputas internas por el control del narcotráfico. - 25 de julio de 2023
Gobierno de Guillermo Lasso
Otra jornada sangrienta en la Penitenciaría del Litoral cobró la vida de 31 reclusos. El gobierno, ya debilitado por las críticas, parecía incapaz de contener el caos. - 12 de noviembre de 2024
Gobierno de Daniel Noboa
El más reciente motín dejó 15 muertos. A pesar de la militarización de las cárceles, la violencia sigue latente.
Desde 2021 hasta noviembre de 2024, más de 400 reclusos han muerto en estos enfrentamientos. Estas cifras, además de estremecer al país, ponen en evidencia la magnitud de una crisis estructural que no distingue entre gobiernos.
Un sistema que nunca rehabilitó
Ecuador enfrenta una crisis penitenciaria que trasciende las masacres. Con 33.623 reclusos en instalaciones diseñadas para 27.714, el hacinamiento supera el 21.32%. Este contexto, combinado con la corrupción institucional y la falta de control estatal, ha convertido a las cárceles en el epicentro de operaciones de bandas criminales como Los Choneros.
La raíz del problema se remonta a la Ley 108 de 1991, que endureció las penas por delitos relacionados con drogas, saturando las cárceles con infractores de bajo perfil. En el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), se construyeron mega cárceles y se reformó el Código Penal, pero estas medidas no lograron desarticular el control de las mafias.
La situación empeoró con la administración de Lenín Moreno, que desmanteló el Ministerio de Justicia y redujo el presupuesto penitenciario. Esto, junto con el asesinato de Jorge Luis Zambrano, alias «Rasquiña», en 2020, desató una guerra entre bandas por el control del narcotráfico dentro y fuera de las prisiones.
Nuevas cárceles, viejos problemas
En un intento por frenar la crisis, el presidente Daniel Noboa anunció la construcción de una segunda mega cárcel esta vez en Archidona, con capacidad para 800 reclusos de alta peligrosidad. La noticia generó rechazo inmediato en la población local.
En diciembre de 2024, habitantes de Archidona iniciaron huelgas y protestas para expresar su preocupación. “Aquí ya sufrimos por la inseguridad, y ahora quieren traer más violencia. No podemos aceptar esto”, declaró María Flores, una comerciante de la zona. En la mañana del día en que la comunidad anunciaría la radicalización de la medida, logramos entrar al centro de privación de libertad Napo No.1 en Archidona para registrar sus condiciones de infraestructura y hacinamiento El levantamiento del pueblo dio como resultado la suspensión de la obra en ese lugar.
En Santa Elena, donde se construye la Cárcel del Encuentro desde 2023, las bandas criminales han extendido su influencia fuera de los muros. Los humildes locales en la Comuna Juntas del Pacifico de apenas 2500 habitantes, denuncian extorsiones y secuestros en una zona dedicada principalmente a la agricultura y que actualmente, con la llegada del proyecto carcelario, han desarrollado su economía en otros servicios. Ha este lugar también llegamos para conocer de los pobladores los beneficios y problemas que ha traído la construcción de la mega cárcel.
6 días después de este reporte la cárcel en construcción fue atacada por una docena de hombres que activaron explosivos, afectando la infraestructura y causando la muerte de un trabajador y otro herido. La presidencia calificó el hecho como un acto terrorista, que busca “sembrar el terror, debilitar el Estado y frenar el compromiso del gobierno por devolver la paz y la seguridad”.
El desafío pendiente
La construcción de más cárceles no resolverá una crisis que tiene raíces profundas. Expertos coinciden en que el sistema penitenciario requiere una reforma integral:
- Acelerar los procesos judiciales para reducir la prisión preventiva.
- Combatir la corrupción en las instituciones.
- Implementar programas reales de rehabilitación y reinserción.
Hasta que estas medidas se lleven a cabo, las cárceles seguirán siendo bombas de tiempo que estallan con una frecuencia alarmante. Mientras tanto, Ecuador, como en aquel amanecer del 23 de febrero de 2021, sigue despertando con la incertidumbre de no saber si en efecto el estado tiene control absoluto sobre sus 45 cárceles.